lunes, 30 de marzo de 2009

Semana por la vida: "bendito el fruto de tu vientre"


Este domingo ha concluido la semana por la vida con una gran manifestación en Madrid, en defensa del "Derecho a Vivir". Durante el sábado y el domingo, y en más de 90 lugares de toda España, cientos de miles de personas han salido a las calles a decir que la vida es un valor que hay que defender, que no somos nadie para decidir sobre la vida de otros, y mucho menos, sobre la de los no nacidos.

Un éxito. Tranquilos pero firmes. No exaltados pero sí consecuentes con sus ideales. Miles de familias comprometidas, con una sola voz, reclamando que las reformas legales que se nos avecinan no acaben despenalizando un delito para convertirlo en un derecho a matar.

Nuestro obispo (porque todavía lo es), Juan Antonio Reig Plá, promovió la declaración del 2009 como Año de Oración por la Vida por parte de la Conferencia Episcopal Española. Dentro de las iniciativas enmarcadas en esta celebración, en todas las diócesis españolas se celebró una Jornada por la Vida el pasado 25 de marzo, cuyo elemento más visible han sido unos carteles que han generado polémica y debate, pero que muestran visualmente lo patético de un país que protege más la vida animal que la humana:

El debate siempre es bueno, y estos carteles han cumplido su función. En la calle se habla y se intercambian pareces sobre esta cuestión.

Por otro lado, decenas de organizaciones han promovido las concentraciones, manifestaciones o actos de este fín de semana. Porque ésta no es una cuestión únicamente religiosa. Nos estamos jugando la regulación legal de una cuestión trascendental. Nos estamos jugando, una vez más, el modelo de sociedad en el que queremos vivir, y cuales son los valores que queremos potenciar en ella.

En Murcia, el acto reivindicativo precedió a la despedida pública de nuestro Obispo, Don Juan Antonio, un hombre que llegó sin hacer ruido, pero que con firmeza intentó poner orden donde hacía falta. Pero no lo han dejado. La curia ha sido más fuerte que la razón. El hombre que recibió la Diócesis de Cartagena como un regalo, y que llegó a ella como manda la tradición, en un barco de pescadores, se va (mejor dicho, se lo llevan) con la cabeza alta y el abrazo de sus fieles. Miles de murcianos, después de defender el derecho a vivir, quisieron agradecer la labor pastoral de Monseñor Reig Plá acompañandole en una misa multitudinaria en la Plaza Belluga, presidida por la Virgen de la Fuensanta, y acompañados por uno de los pocos aliados que ha tenido Reig Plá en su defensa de la titularidad diocesana de la UCAM, el Arzobispo de Granada.

El tema de la UCAM es algo farragoso y complicado, sigue (y seguirá) en los tribunales, hay una resulución similar hasta del Consejo de Estado, y mezcla tanto cuestiones religiosas como profanas. Yo, por encima de todo, siempre he mantenido que lo primero que tenían que haber mantenido todos es  la obediencia al ordinario del lugar. Además de que en cualquier organización se debería tener claro que los problemas se resuelven en casa, pero otros han preferido la prensa, Madrid, Toledo y el Vaticano.

Don Juan Antonio es un buen hombre. Magnífico en el trato personal, lo pudimos comprobar en su visita pastoral a Aljucer. Buen pastor, preocupado por sus ovejas (aunque sean negras). Espero que en Alcalá lo traten mejor que lo han tratado aquí en Murcia, porque no se merecía una salida así.

En su despedida, acaba con esta cita: "no me averguenzo del Evangelio, que es una fuerza de Dios para la salvación de todo el que cree" (Rom 1, 16).

Él seguirá defendiendo la vida y la familia donde quiera que vaya, no sólo como presidente de la Subcomisión Episcopal para la Familia y Defensa de la Vida de la Conferencia Episcopal, sino como una persona más que cree que la vida es un valor que tenemos que proteger, y que la familia es el núcleo esencia donde la sociedad se sustenta.

1 comentario:

supersalvajuan dijo...

El tema de la Ucam. Eso da para varias encíclicas. Papales, por supuesto.
Yo estoy de acuerdo con el padre de Teresa, por supuesto.