viernes, 3 de abril de 2009

Recogimiento, pasión, arte, emoción, ilusión, sonrisas y tradición

Hoy es Viernes de Dolores. Comienzan las procesiones, con lo que comienzan las más de dos semanas de fiesta más importantes en Murcia, porque, como ya he dicho muchas veces, Murcia en primavera es una fiesta.

Tengo pendientes otros dos post, uno por el treinta aniversario de las primeras elecciones democráticas a los ayuntamientos, que también cumplimos ahora, y otro por la iniciativa legislativa popular de personajes relevantes de la historia murciana en defensa del  Tajo-Segura.

Pero eso puede esperar. Toca ponerse la túnica (para mí, la primera esta misma noche, voy a ponérmela ya), preparar el capuz, atarse el cíngulo y sacar a la calle el mejor arte que tenemos.

Toca hacer catequésis públicas, vivir nuestra fe en las calles, pero también disfrutar de las mejores fiestas que tenemos en Murcia. Correr de una calle a otra para no perderse un paso, ver la ilusión de los más pequeños recogiendo un caramelo, o la emoción de contemplar a algunas de las imágenes más entrañables y con más devoción de nuestra ciudad y pedanías recorriendo las calles y plazas.

Toca sentir, escuchar, cantar, desfilar, contemplar. Toca vivir a pie de calle la Semana Santa, desde la algarabía del Miércoles Santo al recogimiento del Martes o del Sábado Santo. Oler el incienso, quemar la cera, repartir habas y caramelos, dejar con la boca abierta a los visitantes, o sentir una vez más que estamos en uno de los lugares que mejor sabe hacer y vivir unas fiestas.